La dermatología médica es el estudio, la prevención y el tratamiento de las enfermedades de la piel. Estas afecciones pueden estar causadas por un funcionamiento deficiente de órganos como los riñones o los pulmones. Debido a su complejidad, los dermatólogos se especializan en áreas específicas como la tricología o la dermatología estética y clínica.
La primera se centra en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la piel, así como en el mantenimiento de una piel sana. La segunda se centra en estudiar cómo se desarrollan las patologías para tratarlas mejor, viendo estas dolencias también como una manifestación de otros problemas de salud dentro del organismo.
La dermatología pediátrica, en cambio, se ocupa de las enfermedades de la piel que afectan a un determinado público, los niños y adolescentes. Dado que los bebés están expuestos al acné neonatal, la escarlatina, la pitiriasis rosada, el sudamina, la rubeola o el sarampión desde sus primeros días de vida (
El envejecimiento es un tema que ha ido en aumento en la sociedad española. Miles de personas eligen cada año la dermatología estética para combatir las varices, las arrugas, las verrugas o la flacidez de la piel. El objetivo de los especialistas en esta área dermatológica es retrasar los efectos del envejecimiento; esto se puede conseguir con terapias no invasivas y con intervenciones quirúrgicas limitadas.
La tricología es una rama de las enfermedades de la piel que se centra en el tratamiento y la investigación de los trastornos del cuero cabelludo que afectan al cabello. Por ello, los dermatólogos de este campo no se limitan a estudiar los problemas del folículo piloso, sino que también pueden estudiar los trastornos del cuero cabelludo. Su objetivo final es encontrar terapias para tratar y recuperar la salud del cabello dañado.