28 marzo, 2024

Un nuevo curso 

A todos nos gusta dejar buena impresión si se trata de trabajo. Durante años colaboré con una empresa en la organización de cursos y talleres. Eran cursos relacionados con tecnología e informática especializados para trabajadores. Dada la creciente tecnologización de la mayoría de puestos laborales, estos cursos servían de iniciación o perfeccionamiento a nivel de usuario. Se trataba sobre todo de mostrar cosas básicas a alumnos con poca formación en este ámbito que, no obstante, necesitaban ‘actualizarse’ urgentemente.

El funcionamiento del curso solía ser siempre muy similar. La empresa se encargaba de preparar el material, incluyendo imprimir carpetas publicitarias que luego usarían los alumnos. En ocasiones, se trataba de empleados de la misma empresa, pero en otros cursos llegaban profesionales de todo tipo. 

Recuerdo, por ejemplo, tener varios profesores de enseñanza secundaria. Me llamaba la atención que eran personas con mucha cultura general, pero en algunos casos con muy poco conocimiento de informática a nivel de usuario. Sacaban la oposición estudiando a tope durante mucho tiempo y luego resulta que no podían hacer bien su trabajo porque no tenían unos mínimos conocimientos prácticos para manejar las herramientas propias de su puesto. Y es que hoy en día tienes que batallar con la tecnología en casi cualquier puesto laboral.

Yo solía diseñar los apuntes de cada curso y la empresa se encargaba de imprimir carpetas publicitarias donde se incluirían las fotocopias de forma que pudieran tener también material visual ‘clásico’ para poder recordar lo que se daba en los cursos. Sé que muchos lo agradecían porque cuando llegaba la hora de la verdad y debían poner en práctica lo aprendido, se olvidaban de buena parte de lo ‘aprendido’.

Pero después de unos años lo dejé para centrarme en otros menesteres. Y cuando ya casi tenía olvidada aquella etapa, la empresa me vuelve a llamar diciéndome que me necesita para una nueva temporada de cursos, que estaba muy contenta conmigo y que podían mejorar las condiciones. Así que me lo tengo que pensar al menos, porque fue una buena experiencia y siempre es agradable dar clases a alumnos que lo necesitan.