El estacionamiento es una cuestión delicada para los pasajeros de aerolíneas que dependan de un vehículo propio para desplazarse desde su domicilio o trabajo hasta el aeropuerto. Para agilizar su gestión y lograr una mejor adaptación a los horarios y posibilidades del conductor, los parking low cost larga estancia T1, T2 ó T3 de Madrid son una solución idónea.
Los aparcamientos de larga estancia se definen como plazas que permiten estacionar un vehículo cerca de la terminal del aeropuerto, para su posterior recogida cuando el viajero haya regresado, de forma que no pierda su plaza, ni deba invertir tiempo en molestos desplazamientos.
De este modo, preguntas del tipo ‘¿cómo llegaré al aeropuerto?’ y ‘¿dónde dejaré el coche?’ encuentran respuesta en los parkings de larga estancia, pensados para solucionar una problemática logística que ha acompañado a las terminales aeroportuarias desde sus orígenes.
Estas plazas se adaptan a la perfección a quienes desean moverse con mayor autonomía, sin depender de transportes alternativos que comuniquen el parking con la zona de embarque. El usuario goza de total libertad para aparcar cuando lo desee y desplazarse hasta el aeropuerto, con la confianza de que su vehículo estará en buenas manos.
Y es que la seguridad es otra de las fortalezas del parking de larga estancia. Este tipo de plazas están reguladas por entidades como AENA, que se responsabilizan de su vigilancia durante las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Así, los viajeros más ocupados podrán desplazarse desde su puesto de trabajo hasta el parking, a sabiendas de que no tendrán que preocuparse de nada más, salvo de tomar su vuelo a tiempo.
Además de la flexibilidad para planificar los horarios de la manera más conveniente, estas plazas de aparcamiento pueden suponer un ahorro destacable, pues se reservan por un periodo de tiempo más prolongado que los parkings convencionales, optando así a tarifas más competitivas.